Las escaras en la espalda, también conocidas como úlceras por presión, son una complicación común en personas que permanecen mucho tiempo en cama o en sillas de ruedas. Aparecen cuando hay una presión constante sobre la piel que impide una adecuada circulación sanguínea, lo que puede provocar lesiones dolorosas e incluso infecciones graves.

Si eres cuidador o cuidadora de un adulto mayor o una persona con movilidad reducida, conocer cómo prevenir y manejar las escaras es fundamental para garantizar su bienestar y calidad de vida. En este artículo te damos las claves para actuar a tiempo y reducir los riesgos.

¿Por qué se forman escaras en la espalda?

La espalda, especialmente la zona del sacro (parte baja), los omóplatos y la columna vertebral, está entre las áreas más propensas a desarrollar escaras, ya que son puntos donde el hueso está cerca de la piel y donde suele haber más presión si la persona pasa muchas horas acostada o sentada sin cambiar de posición.

Otros factores que aumentan el riesgo incluyen:

• Falta de movilidad
• Humedad constante en la piel
• Mala nutrición
• Higiene inadecuada
• Uso de productos que irritan o no protegen adecuadamente la piel

¿Cómo prevenir escaras en la espalda?

Prevenir es siempre mejor que tratar. Aquí te dejamos recomendaciones prácticas para evitar la aparición de escaras:

1. Cambio de posición frecuente

Ayuda a la persona a cambiar de posición al menos cada 2 horas si está en cama, o cada 30 minutos si está en silla de ruedas. Esto reduce la presión constante en un solo punto.

2. Revisión diaria de la piel

Observa todos los días la piel de la espalda y otras zonas de riesgo. Si notas enrojecimiento, calor, o cambios en la textura de la piel, es una señal de alerta.

3. Higiene diaria y adecuada

Una buena higiene es clave. Lava suavemente la piel con productos suaves, sécala sin frotar y asegúrate de mantenerla limpia y seca. La humedad excesiva puede hacer que la piel se debilite y se irrite con mayor facilidad.

4. Uso de pañales de calidad

Si la persona usa pañales para adultos, es importante elegir productos de alta absorción, con materiales suaves y transpirables. Cámbialos con frecuencia para evitar la acumulación de humedad y la aparición de irritaciones que pueden convertirse en escaras.

5. Sabanillas protectoras absorbentes

Colocar sabanillas desechables absorbentes debajo de la persona puede proteger el colchón, mantener la piel seca y ayudar a evitar la fricción. Asegúrate de que sean de buena calidad, hipoalergénicas y que no se arruguen, ya que los pliegues también pueden causar lesiones por presión.

6. Almohadillas o colchones antiescaras

Utiliza cojines o colchones especiales diseñados para distribuir mejor el peso y reducir la presión sobre puntos críticos.

7. Buena nutrición e hidratación

Una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales fortalece la piel y ayuda a la cicatrización. No olvides también mantener a la persona bien hidratada.

¿Qué hacer si ya hay escaras en la espalda?

Si detectas una escara, actúa de inmediato:

• Consulta al personal médico o de enfermería. No intentes tratarla por tu cuenta si hay signos de infección.
• Mantén la zona limpia y seca. Usa productos recomendados por profesionales.
• Evita seguir aplicando presión en esa zona. Usa almohadas o cambia la posición para aliviar el área afectada.
• Sigue una rutina de curación y cambios de apósitos. Siempre bajo indicaciones médicas.

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