¿Cuál es la presión arterial normal en adultos mayores?

La presión arterial normal en adultos es un indicador clave de salud cardiovascular. En el caso de los adultos mayores, mantener estos valores dentro de los rangos adecuados es aún más importante, ya que con la edad aumentan los riesgos asociados a la hipertensión o la hipotensión. En este artículo, exploraremos qué se considera una presión arterial saludable y cómo se puede apoyar su control en personas mayores.

¿Qué se considera presión arterial normal?

Según las guías actuales de salud (como las del American Heart Association), la presión arterial normal en adultos se define de la siguiente manera:

  • Presión sistólica (el número superior): menos de 120 mm Hg
  • Presión diastólica (el número inferior): menos de 80 mm Hg
  • Es decir, una lectura ideal sería por debajo de 120/80 mm Hg

Es importante destacar que, a medida que una persona envejece, es común que la presión arterial tienda a aumentar ligeramente debido a la rigidez de las arterias y otros factores relacionados con el envejecimiento.

Presión arterial y adultos mayores: ¿qué debemos vigilar?

En el cuidado del adulto mayor, monitorear la presión arterial se vuelve una parte esencial del control preventivo. Tanto la hipertensión (presión elevada) como la hipotensión (presión baja) pueden generar complicaciones importantes:

  • Hipertensión: aumenta el riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y deterioro cognitivo.
  • Hipotensión: puede causar mareos, desmayos y caídas, uno de los riesgos más graves en personas mayores.

Rango recomendado para adultos mayores

Aunque el objetivo general sigue siendo mantener la presión por debajo de 130/80 mm Hg, algunos médicos pueden ajustar este objetivo en adultos mayores frágiles o con múltiples condiciones médicas, para evitar los efectos secundarios de una presión demasiado baja.

Consejos para mantener una presión arterial saludable en adultos mayores

  1. Monitoreo regular: Usar tensiómetros digitales en casa puede ayudar a detectar cambios a tiempo.
  2. Alimentación balanceada: Dietas como la DASH (rica en frutas, verduras y baja en sodio) son ideales.
  3. Ejercicio suave: Caminatas, tai chi o yoga suave pueden mejorar la circulación sin riesgo de sobreesfuerzo.
  4. Control del estrés: La meditación o la terapia pueden ayudar a mantener niveles de presión saludables.
  5. Adherencia al tratamiento médico: En caso de hipertensión, seguir las indicaciones del médico y no suspender medicamentos por cuenta propia.
  6. Evitar el exceso de sal y alcohol.

El rol de los cuidadores y la familia

Los cuidadores de adultos mayores, ya sean familiares o profesionales, desempeñan un papel crucial en el control de la presión arterial. Su apoyo puede marcar la diferencia en la adherencia al tratamiento, la supervisión de síntomas y la promoción de hábitos saludables.

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